martes, 11 de noviembre de 2008

Ejercicio nº 0

TRABAJO "0"

El trabajo a realizar consiste en “copiar”, o “interpretar” entre 5 y 8 cuadros de los propuestos en clase, tan ajustadamente como se considere oportuno, pero sin perder de vista para qué se hacen estos ejercicios. (También se puede copiar algún cuadro distinto de los seleccionados entre todos. Pero siempre debe tenerse en cuenta para qué se hace esta colección de trabajos.)

En lo sucesivo hablaré de “copia”, porque, en definitiva, toda copia es una interpretación.

Es muy importante no perder de vista cuál es el propósito de este trabajo preliminar:

El objetivo de este trabajo es adquirir cierto nivel de experiencia, conocimiento y competencia pictóricos de una forma rápida y eficiente.
La idea es que, copiando un cuadro, uno se ve enfrentado a problemas que, de otra manera, es posible que no se planteara: no se echa en falta lo que no se conoce, por la misma razón que no se desea ni busca (o se teme y evita) eso cuya existencia se desconoce. Por eso, uno ni se puede plantear problemas que desconoce, ni puede intentar encontrar soluciones a problemas que ignora.

Copiar un cuadro no es una actividad pasiva, sino activa (y productiva).

Para copiar un cuadro hay que re-producirlo.
Al re-producir un cuadro uno se ve enfrentado tanto a los problemas que plantea la solución —la producción— del cuadro tomado como modelo, como a la re-solución de los hallazgos efectuados por su autor. Es, por decirlo así, como cuando uno aprende a bailar copiando el baile de otro: fijándose con cómo lo hace, e intentando imitarlo.
Porque, al interpretar un cuadro, de una forma ACTIVA y re-PRODUCTIVA, es decir, haciendo otro que lo replica, uno se ve enfrentado a problemas pictóricos concretos. Problemas que, de otra forma, quizás uno no se plantearía, o a los que tardaría mucho en llegar por sí mismo. (Porque uno no se plantea lo que no conoce, porque uno no busca lo que no conoce...) Y cuando intenta resolver los problemas que le plantea el cuadro que toma como modelo, es decir, cuando intenta "copiar" las soluciones adoptadas por el pintor que toma como referencia, adquiere una experiencia ya consolidada. Y lo hace de una forma rápida, que le ahorra, en gran medida, los titubeos, los retrocesos, etc. por los que tuvo que pasar el autor del cuadro tomado como modelo.
Durante miles de años, el instrumento formativo más importante del pintor consistía en copiar cuadros. La imitatio de exempla ha sido siempre el método de aprendizaje fundamental para el pintor. Por cuestiones que no viene al caso referir aquí, la imitación pasó a ser considerada no sólo lo más opuesto al trabajo del pintor (del artista/creador), sino también un instrumento docente impresentable. Pero el efecto de esta consdieración "ideológica" es evidente en el aprendizaje: tenemos que aprender desde cero, en vez de poder apoyarnos en la experiencia de otros (aquello que decían los mediavales: "somos enanos a lomos de gigantes”, pero por eso "podemos ver más allá" que los propios gigantes cuando nos mantenemos sobre ellos...)
A lo largo de milenios, la imitación (o la mimesis, como decían lo griegos) ha sido el fundamento del aprendizaje. El juego tiene que ver con esto. Por eso decía Aristóteles que la mimesis es el fundamento del aprendizaje.
Durante miles de años, el instrumento formativo más importante del pintor consistía en copiar cuadros. La imitatio de exempla ha sido siempre el método de aprendizaje fundamental para el pintor. Por cuestiones que no viene al caso referir aquí, la imitación pasó a ser considerada no sólo lo más opuesto al trabajo del pintor (del artista/creador), sino también un instrumento docente impresentable. Pero el efecto de este prejuicio "ideológico" es evidente en el aprendizaje: tenemos que aprender desde cero, descubriendo por nosotros mismos las posibilidades de una tradición a la que, de esta manera, nos incorporamos absolutamente desarmados; y más aún en el caso de que no estemos familiarizados con la visión, cara a cara, de originales relevantes ("obras maestras") que nos sirvan de pauta. Así, en vez de poder apoyarnos en la experiencia de otros (aquello que decían los medievales: "somos enanos a lomos de gigantes”, pero por eso "podemos ver más allá" que los propios gigantes cuando nos mantenemos sobre ellos...), avanzamos a tientas sin saber bien hacia qué.
Una vez más, debemos recordar la consigna: hay que "tirar a dar" y no "tirar a ver si cae algo" o "tirar a ver qué cae".
Pintores tan notables como Peter Paul Rubens no desperdiciaban la ocasión de copiar aquellos cuadros (“obras maestras”) en los que veía soluciones cuyo conocimiento él creía que podían enriquecerlo aumentando su saber. Por eso, durante su estancia en Madrid en 1603, copió cuadros como Adamo ed Eva, c. 1550 (240 x 186 cm, óleo sobre tela, Museo del Prado) de Tiziano. Copiando un cuadro de Tiziano, Rubens no hacía otra cosa que valerse del gran potencial formativo que tiene la “copia” con el propósito de incrementar su conocimiento pictórico.
Conservamos vestigios de esta práctica desde la Prehistoria. La mayor parte de las estatuas griegas que se conocen son copias (réplicas, versiones, emulaciones, etc.) tanto griegas como romanas. Luego muestro algunas.
Más próximas a nosotros son, por ejemplo, las de Paul Gauguin y a Édouard Manet: ambos se sirvieron de una obra maestra de Tiziano, la Venere di Urbino, 1538 (119 x 165 cm, óleo sobre tela, Galleria degli Uffizi, Florencia), para aprender de ella.
Como es sabido, después de haber copiado la Venere di Urbino de Tiziano, Manet se sirvió de este cuadro como referencia para su Olympia, 1863 (130,5 × 190 cm, óleo sobre tela, Musée d'Orsay, París); del mismo modo, por ejemplo, que también se sirvió del cuadro de Giorgione Dama che si scopre il seno (“Dama enseñando el pecho”), c. 1545 (61 x 55 cm., óleo sobre tela, Museo del Prado [Más información de www.artehistoria.jcyl.es]) para su La blonde aux seins nus (“La rubia con los pechos desnudos”) c. 1878 (52 cm x 63 cm, óleo sobre tela, Musée d’Orsay, París)
Rubens, Adán y Eva. Copia del siguiente cuadro de Tiziano:


Tiziano Venus de Urbino (1538), inspirada en la Venus dormida de Giorgione, que a diferencia de ésta, la de Tiziano está recostada, no en la naturaleza, sino en un elegante interior. Desde 1963, se mantiene la hipótesis de que podría ser un retrato de la duquesa Eleonora Gonzaga. (Galería Uffizi)


Édouard Manet
Olympia


Paul Gauguin
Copia de la Olympia de Édouard Manet



Giorgione
Dama che si scopre il seno


Édouard Manet
La blonde aux seins nus
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